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ALIMENTACIÓN Y FENÓMENO MIGRATORIO

  • Foto del escritor: ViajandoporEuropa
    ViajandoporEuropa
  • 16 nov 2020
  • 4 Min. de lectura

Debes de tener en cuenta que la comida te va ayudar a formar parte de la sociedad nueva en la que te integras y que el proceso de adaptación puede ser mas o menos difícil dependiendo de la persona. Es normal en algunos casos que subamos un par de kilos (o algunos mas) los primeros meses después de emigrar, es normal emocionarse con la comida nueva, todas las opciones, la deliciosa reposteria europea, croissants, pains au chocolat, waffles, struddels, etc. que vemos por allí y que en invierno nos vienen tan bien para calentarnos el cuerpo (o al menos es la excusa que nos damos a nosotros mismos). También es común que pensemos antes en el presupuesto que en lo saludable a la hora de comprar y a decir verdad, esta opción nos protege el bolsillo pero termina afectando nuestra salud de diferentes maneras a corto y largo plazo si nuestra dieta se basa solo en carbohidratos procesados del millón de opciones en el super, comida poco saludable y promociones absurdamente baratas de las franquicias alimentarias mas conocidas. Si te encuentras en alguno de estos casos y notas que tus hábitos alimenticios han cambiado mucho desde que emigraste (para mal), o que estas empezando a ir por ese camino es importante que decidas hacer el cambio o por lo menos intentarlo. Otro factor muy importante que puede afectar a tu cuerpo durante los primeros meses después de emigrar tiene mucho que ver con el espacio físico en el que vives, e incluso cómo es el clima de ese lugar. Evidentemente nos provoca salir menos en los inviernos fríos, e incluso a veces el calor es tan elevado que lo mejor también es quedarse en casa comiendo chips y limonada. Hay que incorporar una rutina de actividad física diaria, ¡animate a explorar el nuevo lugar que te acoge! porque así como nos embelesamos con todas las opciones nuevas de comida (a veces sin ser realmente conscientes de que ahora nos estamos comiendo dos sándwiches en vez de uno) tenemos que estar abiertos a la posibilidad de probar alimentos y preparaciones nuevas, así como también convertir nuestra correcta alimentación en una prioridad, porque hay un sinfín de opciones para hacerlo (incluso dentro de un presupuesto).


¡Aprovecha de hacer deporte al aire libre, seguramente estas en un país totalmente seguro!


Estar conscientes de que vamos a hacer este cambio que no a todos les sienta bien.

Muchas veces nos encontraremos con horarios de comida diferentes a los de nuestro país. Los cambios en los hábitos alimenticios pueden afectarte, porque el estómago está acostumbrado a recibir comida cada determinado tiempo y puedes batallar con ello. Este proceso físicamente puede ser complicado, pero tienes que hacer un cambio mental, intentar adaptarte y cambiar tu actitud respecto a ello. Hay que darle chance a tu estómago para que se acostumbre a los horarios nuevos. En el momento en que nos volvemos conscientes de ello, es mucho más fácil para tu cuerpo. Aunque también es valido quedarnos con algunos de nuestros aprendizajes y costumbres. 


Por ejemplo: podrías comer un  snack entre las comidas fuertes.


Ahora, ¿cómo mantenerte saludable en el extranjero?

Muchos lugares de estudio en el extranjero se encuentran en zonas urbanas. Yo personalmente amo salir a correr a las afueras de la ciudad, la naturaleza es increíble y motivante. Los estudiantes que estudian en ciudades y pueblos universitarios tienen la ventaja de caminar a todas partes, también los profesionales, el tiempo pasa rapidísimo cuando ves cosas de interés, si eres mas atrevido puedes ir a un paso más rápido o hacer una ruta de senderismo.


Si tienes la oportunidad y puedes tener de esos relojes o aplicaciones que te miden los pasos y las calorías, te invitamos a que lo hagas, te vuelve mas consciente de tu rutina. Por otro lado, también hay una oferta excelente de transporte público en la mayoría de las ciudades, tener la opción y la oportunidad de caminar a la mayoría de los servicios es la razón por la cual muchos lugareños están en forma.


Si estas en Europa específicamente en el norte, los vegetales y las frutas son bastante económicos, hay muchas personas que tienen sus propios cultivos y huertos, ellos mismos los venden y a precios super económicos y saludables. Si eres una persona muy ecológica, puedes preguntar al gobierno y tener una plaza para hacer tu propio huerto,¡es gratis! pero hay unas listas de espera muy largas.


"Disfrutar del rojo de los tomates, el grosor de las hojas de las lechugas o la calidad de los brócolis y los calabacines que salen de mi huerto es un auténtico lujo" dice entusiasmado Jesús Ruiz, que auto-gestiona su producción de vegetales y frutas en una pequeña parcela de la isla española de Ibiza, en pleno Mediterráneo.


"El huerto es mi liberación y además es una inversión. Hay que contar con un importante consumo de agua, pero sólo gasté 50 euros (US$60) en semillas, plantines y utensilios... y ahora tengo kilos de productos de primera calidad durante meses", valora.

"Por ejemplo, un plantín de lechuga cuesta 20 céntimos de euro, y en el mercado valdría 2,5 euros", detalla. "Además, ya he encontrado a una vecina que tiene gallinas y hacemos trueque de productos", añade.


Jesús tiene 26 años y es decorador de interiores en la isla, un ámbito relacionado con la construcción. "Por eso mis ritmos de trabajo son más fuertes en periodos previos a las vacaciones, antes de la apertura de negocios o residencias, pero el resto del año decae", explica.


Animate a dar el paso, literal y figurativamente hacia una alimentación mas saludable, y aprovecha de todo lo verde que Europa tiene para ofrecer, en cuanto a espacios para explorar y nutrición.


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